sábado, 29 de marzo de 2014

VICISITUDES DE UN AFICIONADO. (29/03/2014)



Ayer en la noche el cielo estuvo increíblemente despejado después de meses de cielos nublados y brumas en el mejor de los casos. Desde mi patio pude ver las estrellas de Orión, Can Mayor y Gémini al anochecer de la super-iluminada Lima. Júpiter, destacaba al borde del techo de mi vecino del norte y hacia el Este se destacaba Régulo. Más tarde en la noche Marte brillaba con su luz roja cerca de una más débil Spica, ambos aún detrás del techo del vecino del Este pero fácilmente visibles desde mi cochera. Hacia las 2:30 am, antes de irme a dormir, Marte estaba casi en el Cenit mientras hacia el Este identifiqué a Saturno, Antares y algunas estrellas más de Scorpio. Es muy posible que el cielo haya estado así hasta el amanecer, tan transparente y estable, con las estrellas sin centelleos, pero a pesar de mi deseo de salir a observar más pudo mi obligación de terminar un trabajo para un proyecto que empecé esta última semana y sólo quedé con las ganas de observar. Pero hoy, cuando vi al atardecer que el cielo estaba libre de nubes aunque con bruma de fondo, me dije que no dejaría pasar la oportunidad de ver los tres planetas más algunas otras cosas que se pueda en el intermedio. Después de tanto tiempo sin armar el telescopio, demoré en encontrar algunos componentes y cuando ya estuvo listo para observar, Júpiter ya no era visible, habiéndose ocultado tras el techo. Me entretuve largamente viendo a Régulo y las estrellas de su alrededor esperando la aparición de Marte. El cielo estaba muy estable pero la bruma y la terrible iluminación de la ciudad apenas permitían detectar estrellas brillantes en el buscador y a través del telescopio eran difíciles las estrellas de magnitud 8. No pude observar ningún objeto de cielo profundo, ninguna galaxia ni cúmulo, ninguna nebulosa. No me importaba porque esperaba observar a Marte más tarde. “El planeta es tan brillante que seguramente vencerá a la bruma”, pensé. Hacia las 10 de la noche, tras cansarme observando a Denébola, levanté la cabeza y descubrí a Marte rozando el techo del vecino. Inmediatamente apunté hacia él el telescopio y empecé a observarlo. A 270x pude ver el casquete polar Norte, diferenciado del resto de la superficie por su blancura, y un oscurecimiento en el Este que supuse era Syrtys Major a punto de salir a nuestra vista. Tras apenas unos minutos de observación la imagen empezó a desvanecerse y se dificultó el enfoque. Cuando levanté la cabeza encontré las malditas e inoportunas nubes cubriendo toda la zona y avanzando desde el Este. No puedo escribir aquí las palabras que proferí, pero contra los elementos no se puede hacer más que aceptar su designio. Me quedé pensando que es verdadera la afirmación que dice “Las condiciones del cielo son inversamente proporcionales al deseo y la ansiedad por observar”. Hoy se cumplió. También quedó rondando por mi cabeza la afirmación de mi hija que dice que mi afición ya no es la Astronomía sino armar y desarmar el telescopio, porque ya se había hecho costumbre que apenas las nubes ven que estoy armando el telescopio, inmediatamente cubren el cielo visible desde mi patio y se estacionan allí. ¿Debo culpar al calentamiento global?
Aspecto de Marte percibido durante sólo unos minutos el 29 de Marzo del 2014 a las 11:00pm, Hora de Lima. Obtenido con el software Mars Previewer II.

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